martes, 23 de mayo de 2017

Libro con crítica de Luis Francisco Pérez








Qué ensayo tan raro y tan bello. Tan anacrónico y extemporáneo como radicalmente exquisito en sus planteamientos y preocupaciones. Qué manera tan sensual y tan moderna de escribir sobre artistas más o menos desconocidos u olvidados, hijos de un tiempo jóven y de dudosa enunciación, pero sobre todo cruel y devastador. Que forma tan estremecedora de traer al presente el Retablo de Isenheim, o "dar la vuelta" (literal) a la prosa poética del primer Sebald. Cómo no llorar (también literal) cuando describe una hambruna en un siglo cualquiera de miseria y dolor con cuadrillas de criaturas, más salvajes que asilvestradas, gritando por los pueblos en una lengua aún adánica: "!!! Nos morimos de hambre !!!". Imposible no asombrarse cuando analiza la obra del escritor húngaro (desconocido para mí hasta ese momento), László Földényi, autor de una obra (traducida a nuestra lengua) de título entre deslumbrante e insuperable: "Dostoievski lee a Hegel en Siberia y rompe a llorar". Cómo no experimentar una brutal descarga de rendida admiración cuando en un capítulo sublime une la poesía del ruso Joseph Brodsky con la barroca pintura de un artista flamenco contemporáneo, Michaël Borremans. Cómo no agradecerle que en mitad del ensayo nos enseñe a "escuchar" a Europa a través de las notas y acordes del maravilloso (el calificativo no es el adecuado) "Cuarteto de Cuerda" (así titulado, sin número) del compositor polaco Witold Lutoslawski: https://youtu.be/a-I_igR6o7c. Y este capítulo (el mejor de un ensayo donde no hay una página que no merezca ser leída y pensada) se llama, claro está, "Europa"... Al igual que existen los Hombres Justos, también se manifiesta un tipo de pensamiento (infrecuente, claro está) que yo no dudaría en calificar, humana y religiosamente, de Justo. Este último ensayo de Ramón Andrés (conocía los más cercanos suyos a la singular filosofía de la música que practica: T.W.Adorno le hubiera condenado con el juicio implacable que le caracterizaba) es un pequeño gran milagro de la belleza, del amor, de la inteligencia, de la Justicia Poética, del más puro y noble refinamiento intelectual... Y mira sí, todo hay que decirlo, ha sido escrito por un autor español.




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