viernes, 18 de septiembre de 2015

“La literatura tiene efectos en la vida pero no se pueden premeditar”




El entretenimiento está muy bien. No pasaría nada si la literatura sólo sirviera para entretener. Pero hay algo más, algo que decidió a Mario Vargas Llosa consagrar su vida a ella, ya en 1958. Lo recordaba este jueves el escritor en el apasionado discurso sobre la literatura que pronunció al recibir el doctorado ‘honoris causa’ que pronunció en la investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca. “Estoy convencido de que la literatura tiene efectos en la vida. Pero esos efectos no se pueden premeditar. No hay manera de que el autor planifique lo que escribe para que su libro tenga determinadas consecuencias en la realidad”, señaló el Premio Nobel en el paraninfo de la universidad más antigua de España.
“Un pueblo contaminado de ficciones es más difícil de esclavizar que un pueblo aliterario o inculto. La literatura es enormemente útil porque es una fuente de insatisfacción permanente; crea ciudadanos descontentos, inconformes. Nos hace a veces más infelices, pero también nos hace mucho más libres”, argumentó Vargas Llosa (Arequipa, 1936) en su respuesta a la pregunta que él mismo se había formulado: ¿para qué sirve la literatura? Esta cuestión estructuró su intervención, junto a otras dos: ¿por qué se escribe literatura? y ¿cómo se escribe una novela?
“Me gusta mucho el cine, veo unas dos películas por semana, pero estoy convencido de que las ficciones cinematografías de ninguna manera tienen ese corolario lento, retardado, que posee la literatura en el sentido de sensibilizarme respecto a lo que son las deficiencias de la realidad y hacerme sentir la importancia de la libertad”, prosiguió el novelista de obras como Conversación en La Catedral o La fiesta del Chivo. Y concluyó: “No hay nada más entretenido que un poema o una gran novela, pero ese entretenimiento no es efímero. Deja una marca secreta y profunda en la sensibilidad y la imaginación”.

Y este sentido, Vargas Llosa ofreció al numeroso público que llenaba el paraninfo una lección de sus propios afanes por ser escritor. Los temas le son impuestos por la experiencia, por la realidad, dijo. Uno conoce cientos o miles de personas, es testigo o protagonista de otros tantos hechos, pero no se sabe bien por qué algún individuo, algún suceso o alguna lectura se quedan grabados de manera indeleble en la memoria y más tarde se covierten en “el origen del fantaseo”. Le sucedió, por ejemplo, cuando leyó Os Sertôes, de Euclides Da Cunha, que le dejó “hechizado” y le catapultó, junto a su propia historia personal, a escribir La guerra del fin del mundo. La parte más protocolaria de la ceremonia se celebró en latín, siguiendo un ritual medieval de la institución que cumplirá 800 años en 2018. En el ambiente se respiraba tradición. Se trata de un acto eminentemente académico que, ayer, por primera vez, también había despertado interés en la prensa del corazón, según confirmaron fuentes académicas. Pero al margen de algunos comentarios y de una mayor expectación a las puertas del histórico edificio por la posibilidad de ver a Isabel Preysler, actual pareja del escritor, que no asistió a la sesión, todo transcurrió como es habitual y se habló sobre todo de literatura.

Pasión pero no facilidad

 “A mí no me ocurrió lo que a otros escritores que descubren que tiene facilidad. Yo tenía la pasión, pero no la facilidad”, afirmó respecto de su propensión a borrar y reescribir continuamente. Nada que ver con Julio Cortázar que escribió Rayuela sin corregir una sola página”. “A mí me deslumbró”, aseveró el autor que recibió del auditorio un intenso y prolongado aplauso.
En su laudatio, la madrina del nuevo doctor honoris causa en Filología por la Universidad de Salamanca, la profesora Carmen Ruiz, desgranó los indiscutibles méritos literarios del novelista y también del "humanista, cuya figura ha crecido tanto como su influjo, entre admiraciones y discrepancias". El rector de la institución académica, Daniel Hernández, apartó por unos minutos su especialización matemática para despedir a Vargas Llosa con un elogio a su obra que parecía de un lector apasionado.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Il est vrai Michel Houellebecq (1958)







Il est vrai que ce monde où nous respirons mal
N'inspire plus en nous qu'un dégoût manifeste,
Une envie de s'enfuir sans demander son reste,
Et nous ne lisons plus les titres du journal.

Nous voulons retourner dans l'ancienne demeure
Où nos pères ont vécu sous l'aile d'un archange,
Nous voulons retrouver cette morale étrange
Qui sanctifiait la vie jusqu'à la dernière heure.

Nous voulons quelque chose comme une fidélité,
Comme un enlacement de douces dépendances,
Quelque chose qui dépasse et contienne l'existence ;
Nous ne pouvons plus vivre loin de l'éternité.


Es cierto

Es cierto que este mundo en que nos falta el aire
Sólo inspira en nosotros un asco manifiesto,
Un deseo de huir sin esperar ya nada,
Y no leemos más los títulos del diario.

Queremos regresar a la antigua morada
Donde el ala de un ángel cubría a nuestros padres,
Queremos recobrar esa moral extraña
Que hasta el postrer instante santifica la vida.

Queremos algo como una fidelidad,
Como una imbricación de dulces dependencias,
Algo que sobrepase la vida y la contenga;
No podemos vivir ya sin la eternidad.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Siete errores comunes que cometemos en español



¿Por qué la RAE acepta aberraciones como almóndiga y asín y, sin embargo, destierra negrísimo para defender nigérrimo? Esta es una de las cuestiones que se plantea la periodista María Irazusta en el libro Las 101 cagadas del español (Espasa). A lo largo de sus páginas, la madrileña repasa, a menudo con humor, asuntos de este tipo, pero sobre todo incide en los errores que conforman nuestros bestiario de desafueros lingüísticos. Le pedimos que seleccione para ICON las meteduras de pata más frecuentes en castellano. Tomen nota.
1. La coma de nuestros saludos epistolares. "La modalidad de poner coma para terminar los encabezamientos de cartas, correos electrónicos y similares, es anglosajona (Dear Peter,). En nuestro idioma, las fórmulas de saludo van seguidas de dos puntos y no de coma, tanto si se trata de documentos formales como informales. Y si se pone un nombre al ser vocativo, debe añadirse una coma. Ejemplo: Hola, Lola:".
2. Este agua que nunca deberíamos beber. "Nunca digas De este agua no beberé, porque además de arriesgado es incorrecto. En cambio, sí puedes decir: El agua que no has de beber, déjala correr. Este extraño fenómeno de travestismo tiene una explicación: los sustantivos femeninos que van precedidos de un determinante masculino (el agua, el arma…) cumplen dos requisitos: comienzan por ‘a’ y el acento recae sobre la primera sílaba".
3. Adolece. "Su uso incorrecto como sinónimo de carecer está muy extendido. Pero su verdadera acepción es tener o padecer algún defecto o enfermedad. Si alguien asegura que la Unión Europea adolece de liderazgo o que José María adolece de simpatía, lo que en realidad está asegurando es que esta o aquel no son más que defectos o enfermedades".
4. En base a, un error sin base ni perdón. "En base a que, a pesar de figurar en los ficheros de las incorrecciones comunes más buscadas, sigue campando a lo largo y ancho de nuestras conversaciones y escritos. En español (hablamos de la lengua de 500 millones de personas, no solo del castellano de España) para expresar que aquello de lo que se habla tiene su fundamento en algo, hay muchas posibilidades: sobre la base de, en función de, basándose en, a partir de, de acuerdo con, con base en o según".
5. Preveer. "Es un verbo tan difundido como inexistente. Es un engendro producto de la mezcla de prever y proveer".
6. Esas redundancias. "Al escribir o hablar, sobre todo en los medios de comunicación, caemos en el empleo enfático de términos similares: nexo de unión, aterido de frío, accidente fortuito, ambos dos, deambular sin rumbo, puños cerrados… Cuidado".
7. Manda uebos. "Contra lo que pudiera parecer, los huevos no tienen nada que ver con el origen de esta expresión tan mal utilizada. Proviene del latín mandat opus y significa la necesidad obliga. Opus derivó en uebos".

Mario Benedetti - No te salves.