jueves, 1 de junio de 2023

La poesía como experiencia de vida, Miquel Martí i Pol


calledelorco

May 29

[...] Creo que no resulta nada arriesgado considerar que el poeta vive la poesía como una experiencia más de las que, a lo largo de su existencia, lo configuran como persona. No hablo, evidentemente, de la práctica de la poesía, es decir, del acto de creación concreto y limitado –o, si se quiere más sencillo, el momento de escribir un poema–, sino de la actividad poética entendida como una actitud frente a la vida. Cualquier forma de expresión artística exige una entrega total y constante, porque todas comprometen lo que es más esencial en el hombre: su propia manera de ser. Sin embargo, la poesía, siendo como es una de las que más activamente potencia la intimidad, una de las que menos elementos exteriores a sí misma necesita para realizarse, y una de las que menos proyección comercial y social tiene en el mundo de hoy (la última de las artes pobres, como decía Pere Quart), la poesía, repito, por todo lo que he dicho y, además, por operar con un instrumento tan cotidiano y vulnerable como el lenguaje, posiblemente es la forma de expresión artística que más profundamente compromete la forma de ser del hombre, y que más sustancialmente lo modifica.

Todo esto explica la afirmación que he hecho al principio del párrafo anterior, y creo que puede ayudar a situar la poesía dentro de unos límites comprensibles. Toda experiencia vital es enriquecedora; toda conmoción íntima contribuye a nuestro desarrollo profundo. De hecho, sólo crecemos verdaderamente en términos de conocimiento, y, en consecuencia, todo lo que nos acerca de una manera exigente o tenaz al proyecto de nosotros mismos contribuye a nuestra realización, una realización a la que todos aspiramos, de una forma más o menos definida, más o menos intensa. La poesía, por tanto, como experiencia de vida, aporta una dimensión trascendental al conjunto de nuestra existencia. Además, como consecuencia de su relación dialéctica con las otras experiencias, puede convertirse, y a menudo se convierte, en el eje que centra nuestra actividad vital, y, más aún, en la piedra de toque que la define y orienta. Porque difícilmente puede considerarse la poesía como una simple experiencia fugaz y anecdótica, como un hecho que es posible que tarde o temprano olvidemos: la poesía es un "estado", una manera de ser, y en tanto que expresión de nosotros mismos engloba, en cierto modo, todas las demás experiencias. La poesía, pues, es una experiencia que hay que considerar desde una doble perspectiva: la de la percepción, que nos la debe hacer concebir como una actividad más, de las muchas que realizamos a lo largo de una vida; y la de la globalización, que nos debe permitir evaluar la fuerza dinámica y modificadora que ejerce en nosotros.

Miquel Martí i Pol
Roda de Ter, febrero de 1987
“¿Qué es poesía?”