viernes, 6 de abril de 2018

MACROBIÓTICA Y ESPIRITUALIDAD: EL DESTINO

Hay personas que piensan que la macrobiótica es sólamente alimentación, pues no, hay una gran filosofía cargada de espiritualidad y cuando empiezas a comer de esta manera una gran cantidad de inquietudes se despiertan para que empiece el camino, tu camino. Hoy quiero dedicarme un poco a esto hablando sobre el destino, un tema que últimamente me está apareciendo en mis estudios habituales.
¿Piensas que nuestro futuro está ya escrito o que somos completamente libres y que podemos cambiarlo a nuestro antojo? Leyendo en diferentes fuentes, tanto de filosofía oriental en sus diversas ramas (budismo, taoismo, etc.) , como en el hermetismo, la metafísica, el ho’oponopono y otras varias, cada una de ellas tiene diferentes opiniones y aspectos, pero casi todas ellas coinciden en lo mismo, y es que realmente tenemos una perspectiva mixta: sí que es verdad que tenemos un fin, un propósito definido en nuestra existencia pero también como seres libres que somos podemos escoger lo que queramos.
Antes de darte la explicación que yo entiendo sobre el destino, déjame que te cuente un par de conceptos que utilizamos en macrobiótica que puede que te ayude a entender un poco más sobre el tema: la constitución y la condición en el ser humano.
Decimos en macrobiótica que venimos a este universo con una constitución que podríamos decir que es la energía que traemos heredada de nuestros padres, condicionada también por el momento, el lugar y las condiciones en las que hemos nacido. De esto decimos que “somos”: somos altos, somos atléticos, somos testarudos, etc.
La condición por otro lado tiene que ver en una parte con la constitución pero también con nuestro estilo de vida. Según comemos, hacemos ejercicio, nos desarrollamos en nuestra profesión….. decimos de esto que nos “encontramos”: nos encontramos más fuertes, más cansados, más vitales, … etc.
Qué tiene que ver esto con el destino? Pues mucho. Si hablamos en términos de energía nosotros venimos con una calidad energética a este mundo. Esto implica que según esta calidad cumpliremos un papel en el universo. Igual que las piezas de un rompecabezas que cada una tiene una forma distinta, la energía que tenemos tiene una “forma” particular que encaja en determinados lugares.
La condición lo que produce es que ese rompecabezas sea algo más flexible. Puedo de esta manera encajar con un conjunto de piezas de mi alrededor pero con mi estilo de vida puedo también encajar con otras piezas similares aunque no iguales. Esto nos da la capacidad de fluir y de vivir en libertad manteniendo un fin, un propósito que tenemos marcado.
Pongo un ejemplo práctico: Imaginad que mi constitución define que mi vida va a servir para liderar un equipo de personas. Durante toda la vida ves que de forma innata te vas colocando en los puestos de liderazgo para movilizar a equipos a sus objetivos. Esto lo puedes hacer en una empresa, dando clases a alumnos, en un grupo de danza o en llevando el festival hippie del Amor Eterno. Tu capacidad de elección te permite que tu destino fluya dependiendo de tu calidad energética en cada momento.
El problema está cuando tu propósito no es liderar equipos pero ves a otra persona que lo hace muy bien porque es su propósito de vida y tú quieres ser como ella, pero no por lo que hace, sino porque envidias su resultado.  En ese momento entramos en un conflicto con nosotros mismos a todos los niveles, desde el más sutil y energético hasta el emocional y social.
Claro que como seres humanos hemos nacido libres y podemos hacer lo que queramos en la vida, pero energéticamente cumplimos un papel dentro de este universo y para ello debemos escuchar a nuestro ser interno: llámalo Dios, la voz de tu alma, espiritu o como quieras. Sabes esa voz que cuando calla la mente de repente empieza a decir cosas con mucho sentido y que te encantaría seguir? Pues esa es la que nos indica nuestro fin, y luego a la hora de materializarlo ten la libertad suficiente como para hacerlo como quieras, como si quieres cambiar en tu vida y hoy ser un profesor de macrobiótica, dentro de 5 años das clase de yoga y 20 años más tarde de quiromasaje, si tu propósito es enseñar a los demás no dejes de hacerlo.
Un ejercicio para encontrar cuál es mi propósito de vida
Siéntate, cierra los ojos y repite esta palabra hasta que tu mente se calme:

GRACIAS

Cuando sientas que tu mente está calmada, entonces haz la pregunta y espera, tardará un poco, pero encontrarás tu respuesta.

Espero que encuentres la paz y tu propósito de vida para ser feliz formando parte de este complejo rompecabezas que es el universo.

Daniel Mayor.