viernes, 17 de enero de 2025

Clases de oscuridad, César Aira






De calledelorco en enero 17, 2025

Cuando leo las oscuridades, con frecuencia impenetrables, de poetas que admiro, como Lezama Lima o Wallace Stevens, y pienso en el contraste con lo que escribo yo, tan claro, tan movilizado por la lógica de la explicación y la comprensión, no puedo evitarlo: me encuentro antipoético, servil para con el lector, demagógico, frente a la altivez aristocrática de los poetas. Me consuelo pensando que yo practico otra clase de oscuridad, quizás no menos oscura, y es la que se construye con sucesivas claridades que no terminan de crear una claridad general sino quedan a la espera…

Pero la oscuridad de los poetas no es lo único que envidio, en el campo de la literatura. No terminaría nunca de hacer la lista. La literatura parece hecha para eso, tantas son las cualidades que se ponen en juego, y tantas son las excelencias que se han acumulado. Por ejemplo, querría tener la claridad de esos relatos en los que pasan hechos simplemente, sin reflexiones ni comentarios ni referencias a los mecanismos literarios (como en lo que escribo yo). Me hace avergonzar de mis infatuaciones de ingenio, de invención, frente al autor de esas narraciones prístinas desentendido de vanos narcisismos, elegantísimo. En su claridad sin sombras está agazapada una oscuridad discreta, que es muy difícil de ver.

César Aira
Ideas diversas

Editorial: blatt & ríos


jueves, 16 de enero de 2025

La literatura es un arte de mestizaje, Le Clézio





De calledelorco en enero 15, 2025

La otra función de la lengua (tanto si se trata de una lengua con una dilatada tradición literaria como de una lengua más viva, más oral) también reside en el mestizaje. A este respecto, me gustaría mencionar una investigación que hice hace tiempo, cuando estaba preparando el doctorado de Literatura Moderna en la Universidad de Niza. El autor al que había decidido estudiar era Isidore Ducasse, más conocido por el seudónimo de Conde de Lautréamont, autor de un único poema titulado Los cantos de Maldoror.

Lo de Lautréamont surgió porque necesitaba un tema para la tesis y había estudiado a Michaux, y cuando lees a Henri Michaux, inevitablemente acabas orientándote hacia una de sus fuentes de inspiración: Lautréamont. Lautréamont fue el alumno díscolo de la literatura francesa. No dejó ningún rastro visual (no existe ninguna foto suya). A veces, alguien saca una foto y dice: “Aquí está, es él”, pero en realidad no es él, es una foto que apareció en un baúl viejo, pero no pone que sea Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont, solo es una foto.

Así pues, no existe ninguna imagen de Lautréamont, aunque sí unas poquitas cartas, y por eso hay quien ha llegado incluso a dudar de su existencia. Además, nació en Uruguay, y su primera lengua fue el francés cruzado con el español. Lo criaron unas amas que hablaban español. Era una persona mestiza, totalmente mestiza, y a mí me resulta no poco interesante porque, como no había dejado ningún rastro, yo podía meter todo lo que quisiera en su obra y en su personaje. Metí todo lo que quería meter. Pero creo que haber realizado aquella investigación sobre los orígenes plurales de la lengua de Lautréamont, sobre cómo jugaba con las imágenes y mezclaba las referencias (todas las manipulaciones y trampas abundan en su poesía), me ayudó a comprender que la literatura es, más que cualquier otra cosa, un arte de mezcla y de mestizaje. El propio Lautréamont lo dijo en los Poemas 1 y 2 de su antología de aforismos: “La poesía no puede escribirla uno, sino todos”.

J.M.G. Le Clézio
Identidad nómada
Traducción: María Teresa Gallego Urrutia
Editorial Lumen