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viernes, 17 de enero de 2025
Clases de oscuridad, César Aira
jueves, 16 de enero de 2025
La literatura es un arte de mestizaje, Le Clézio
La otra función de la lengua (tanto si se trata de una lengua con una dilatada tradición literaria como de una lengua más viva, más oral) también reside en el mestizaje. A este respecto, me gustaría mencionar una investigación que hice hace tiempo, cuando estaba preparando el doctorado de Literatura Moderna en la Universidad de Niza. El autor al que había decidido estudiar era Isidore Ducasse, más conocido por el seudónimo de Conde de Lautréamont, autor de un único poema titulado Los cantos de Maldoror. Lo de Lautréamont surgió porque necesitaba un tema para la tesis y había estudiado a Michaux, y cuando lees a Henri Michaux, inevitablemente acabas orientándote hacia una de sus fuentes de inspiración: Lautréamont. Lautréamont fue el alumno díscolo de la literatura francesa. No dejó ningún rastro visual (no existe ninguna foto suya). A veces, alguien saca una foto y dice: “Aquí está, es él”, pero en realidad no es él, es una foto que apareció en un baúl viejo, pero no pone que sea Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont, solo es una foto. Así pues, no existe ninguna imagen de Lautréamont, aunque sí unas poquitas cartas, y por eso hay quien ha llegado incluso a dudar de su existencia. Además, nació en Uruguay, y su primera lengua fue el francés cruzado con el español. Lo criaron unas amas que hablaban español. Era una persona mestiza, totalmente mestiza, y a mí me resulta no poco interesante porque, como no había dejado ningún rastro, yo podía meter todo lo que quisiera en su obra y en su personaje. Metí todo lo que quería meter. Pero creo que haber realizado aquella investigación sobre los orígenes plurales de la lengua de Lautréamont, sobre cómo jugaba con las imágenes y mezclaba las referencias (todas las manipulaciones y trampas abundan en su poesía), me ayudó a comprender que la literatura es, más que cualquier otra cosa, un arte de mezcla y de mestizaje. El propio Lautréamont lo dijo en los Poemas 1 y 2 de su antología de aforismos: “La poesía no puede escribirla uno, sino todos”. J.M.G. Le Clézio |