lunes, 21 de mayo de 2018

Acquaroni, Hidalgo, Sanz, García-Rojo


Artículo de Ramón Irigoyen publicado en “Diario de Navarra”. Lunes, 21 de mayo de 2018
El ángel exterminador, quizá enfurecido conmigo porque estoy disfrutando mucho con la lectura del espléndido libro Memoria del comunismo. De Lenin a Podemos (La Esfera de los Libros),  de Federico Jiménez Losantos, me impide, con su espada flamígera, la asistencia a la presentación de tres libros y de un espectáculo teatral. Asistí el lunes, 7 de mayo, a la entrega de la 35ª edición de los Premios Ortega y Gasset en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con brillantes discursos de Juan Luis Cebrian, presidente de El País, y de Antonio Caño, director de este diario y, a partir de ese día, mi vida social quedó reducida a mis experiencias de cliente en el supermercado y en un establecimiento de arreglos y composturas de confección al que confié  un par de prendas.
Desde las once de la mañana del miércoles, 9 de mayo, hasta las diez de la noche del viernes, 18 de mayo, la espada del ángel exterminador me ha acosado día y noche y no he podido asistir a actos que me atraían como, en su día, sedujeron   a Ulises las sirenas. El miércoles, 9 de mayo, Noni Benegas, Juan Carlos Mestre y Manuel Rico presentaron en La Casa Encendida de Madrid el libro de poemas La casa grande (Editorial Bartleby) de  Rosana Acquaroni. La víspera del acto, el 8 de mayo,  le envié a esta excelente poeta y gran lingüista un correo de dos líneas en el que, con excesiva suficiencia humana, le decía literalmente “Asistiré” sin añadir el aconsejable “Dios mediante” y, a partir de ese día, sin duda por mi impiedad, el ángel exterminador – ¡y durante diez días! – me hizo un implacable marcaje al hombre como si fuera un paparazzi del periodista pamplonés Eduardo Inda pegado a los talones – físicos y bancarios – de Pablo Iglesias e Irene Montero, que hoy son noticia  en el mundo entero. ¡Y vivan las rimas de los maravillosos pareados del poema “Los centauros” de Rubén Darío aunque – “Estos, Fabio, ay dolor, que ves ahora…” -me han llevado a rimar ‘Irene Montero’ con ‘el mundo entero’!
El jueves, 10 de mayo, la escritora Marta Sanz y la editora Silvia Sesé presentaron en la madrileña Librería La Buena Vida la novela Amour fou (‘Amor loco’), publicada por Anagrama,  de Marta Sanz. Las novelas Susana y los viejos, finalista del premio Nadal, Farándula, galardonada con el premio Anagrama, y Clavícula, han colocado en el candelabro – que es, claro, mucho más que en el candelero –  de la narrativa española actual a esta doctora en filología hispánica.  
El miércoles, 16 de mayo, el periodista Ignacio Camacho presentó en el madrileño Ámbito Cultural de El Corte Inglés Pensar en España (Editorial Confluencias) del periodista, novelista y ensayista pamplonés  Manuel Hidalgo. En este soberbio libro, prologado por Iñaki Gabilondo,  16 importantes historiadores, filósofos, ensayistas políticos, poetas, novelistas, dramaturgos y cineastas, nos dan las claves para entender lo que los españoles – y españoles son incluso los delirantes hispanófobos de Cataluña, País Vasco, Navarra y otras merindades patrias – hemos sido y somos en la variedad de nuestra geografía y culturas.
El viernes, 18 de mayo, se representó en el Centro Cultural Pablo Iglesías de Alcobendas (Madrid) Teatro Fusión. Este título agrupa cuatro obras cortas que se fusionan para deleite de los espectadores. Isabel Rivas es la autora de tres de estas obras. La cuarta obra es un entremés de Enrique Jardiel Poncela adaptado por Lo Que Viva El Gallo. Intervinieron en la obra – y mencionados por orden alfabético – Chicky Álvarez, Antonia Barradas, Eduardo García-Rojo, Rosa Igualada, Antonio Lagar, Isabel Rivas, Pilar Ruiz, Sara Ruiz y Patu Vasco.
He asistido a quizá media docena de espectáculos dirigidos por el magnífico director y actor Eduardo García-Rojo. De aquellos espectáculos y de las intervenciones de la excelente actriz Antonia Barradas guardo el mejor recuerdo. Por eso lamento muy profundamente el artículo 155 de nuestra Constitución que me ha aplicado, blandiendo su terrorífica espada,  el ángel exterminador. Este ángel, criado a los pechos de Donald Trump,  me ha impedido asistir a estos actos que me han silbado, noche y día, día y tarde,  sin cesar,  como las sirenas del divino mar Egeo.




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