sábado, 10 de noviembre de 2018

Publicado en Facebook por Luis Francisco Pérez









En Hungría caben muchas "hungrías", afortunadamente. Sería a finales de los 90 cuando tuve oportunidad de ver la película de Béla Tarr (cuando áun no era fuera de su país el aclamado director que sería poco después) "Sátántangó". Fue en un pase especial en la Filmoteca de Barcelona, donde yo residía por entonces, y lo de "especial" es debido a que el film dura 7 horas y 12 minutos. Recuerdo la impresión que me causó el brutal blanco y negro de la película, la lluvia sucia y constante que cae sobre el insignificante villorio de la Hungría profunda donde se desarrolla la acción, la desolación y tristeza de los personajes, la crueldad gratuita de sus actos, la miseria moral de su existencia y el fracaso (económico e ideológico) de la granja colectiva que regentan en los años finales del comunismo... Me parece que Susan Sontag escribió un ensayo (entusiasta) sobre esta película pero no he podido dar con él. Ahora veo que Acantilado con su incontestable buen gusto publica la traducción al castellano (con la habitual y excelente labor de Adan Kovacsics en la traducción) de la novela en la que Tarr se basó para hacer la película. Sin duda la leeré, y ya no tanto por la película sino porque el autor, eterno candidato al Nobel, es uno de los más extraordinarios escritores europeos de la actualidad, László Krasznahorkai. De él he leído otra novela, también publicada por Acantilado como otras más suyas, que igualmente fue llevada al cine por Béla Tarr (son íntimos amigos y de la misma generación). Me refiero a "Melancolía de la resistencia", bello título y excelente literatura. Sí, afortunadamente, el país del grandioso compositor Béla Bartók aún sigue ofreciendo al mundo fantásticos artistas. A pesar del impresentable y nefasto presidente que ahora les gobierna.




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